16 diciembre 2010

ENCICLOPEDIA MARIANA VIRTUAL - TOMO 20 - ORACIONES, POEMAS Y CÁNTICOS MARIANOS


 


“Seamos constantes y perseverantes. La Santísima Virgen no podrá hacerse sorda al clamor de sus Hijos.” (Padre San Fray Pío Pietrelcina).

 ¡ORACIONES, POEMAS Y CÁNTICOS MARIANOS!






000 ¿La Oración Mariana más Antigua? 


Un Papiro Egipcio del Siglo III, el Rylands 470 (Publicado por Roberts en Manchester en 1938) Contiene una de las Oraciones más Antiguas, de la Santa Madre del Señor:


  


  Ὑπὸ τὴν σὴν εὐσπλαγχνίαν,

καταφεύγομεν, Θεοτόκε.
Τὰς ἡμῶν ἱκεσίας,
μὴ παρίδῃς ἐν περιστάσει,
ἀλλ᾽ ἐκ κινδύνων λύτρωσαι ἡμᾶς,
μόνη Ἁγνή, μόνη εὐλογημένη.

TEXTO GRIEGO


Sub tuum praesidium confugimus,

sancta Dei Genitrix.

Nostras deprecationes ne despicias

in necessitatibus,

sed a periculis cunctis

libera nos semper,

Virgo gloriosa et benedicta.



TEXTO LATÍN



Bajo tu amparo nos acogemos,,
Santa Madre de Dios
no deseches las súplicas que te dirigimos
en nuestras necesidades;
antes bien, líbranos
siempre de todo peligro,
Oh Virgen gloriosa y bendita.

TEXTO ESPAÑOL



001 ¿Oración a la Santísima Virgen Niña?




 Niña María
Te entrego, Virgen Niña,
 mi corazón para que lo presentes a Jesús.
 Por el amor y complacencia
 con que te aceptó,
 cuando a la temprana edad de tres años te consagraste a El,
 suplícale acepte el mío e imprima en él las virtudes que le faltan,
 para que, a imitación del tuyo,
 le sea agradable. Amén.
Enséñame o despreciar las honras vanas del mundo;
haz que siempre sea mi único anhelo crecer en el amor de Dios,
cumpliendo siempre su divina Voluntad.
 Te presento también los corazones de los que no te conocen y no pueden
amarte.
Oh Virgen Niña Atráelos con tus inspiraciones para que,
 amándote todos como hijos, vayamos a cantar las glorias
 y magnificencias de tu hijo Jesús,
nuestro Señor en el Cielo.
Amén.







002 ¿Oración a María Nuestra Madre?




Madre Nuestra 
A ti que eres la madre,
 que amas con ternura,
venimos a ofrecerte nuestra vida y a decirte que te amo;
 que somos tus hijos que confiamos en el poder de tu protección.
Llévanos sobre tu corazón
 Junto al niño que descansa en tus brazos,
 consuèlanos en la aflicción,
fortalecenos en la tentación.
haznos crecer en la fe, en la esperanza, y en el amor de DIOS y a los hermanos.
conservar a nuestro interior la alegría de ser hijos de la iglesia.
impulsanos para que seamos entusiastas evangelizadores del reino.
y que tu bendición nos acompañe madre hasta ver la hermosura de DIOS en el cielo.
AMÉN.






003 ¿Oración a Nuestra Madre, La Virgen María?



Madre de la Salvación 
Llévanos a tu Hijo, dichosa y agraciada,
madre de la vida y madre de la salvación.
 Por ti nos acoja el que por ti se entregó a nosotros.
 Tu integridad excuse en tu presencia la culpa de nuestra corrupción.
Y que tu humildad,
 tan agradable a Dios,
 obtenga el perdón de nuestra vanidad.
 Amén.
Que tu incalculable caridad sepulte el
 número incontable de nuestros pecados y
que tu fecundidad gloriosa nos otorgue
la fecundidad de las buenas obras.
Señora mediadora y abogada nuestra,
reconcílianos con tu Hijo. Recomiéndanos
 y preséntanos a tu Hijo. Por la gracia
que recibiste, por el privilegio que
 mereciste y la misericordia que alumbraste,
consíguenos que aquel que por ti se dignó
 participar de nuestra debilidad y miseria,
 comparta con nosotros, por tu intercesión,
su gloria y felicidad. Cristo Jesús,
Señor nuestro, que es bendito sobre todas


 las cosas y por siempre.
Amén



004 ¿Oración al Corazón de Nuestra Madre María?


Oh, Santa Madre de Dios

Llévanos sobre tu corazón

junto al Niño que descansa en tus brazos,

consuélanos en la aflicción,

fortalécenos en la tentación.

Haznos crecer en la fe, en la esperanza,

y en el amor a Dios y a los hermanos.

Conserva en nuestro interior

la alegría de ser hijos de la Iglesia.

Impúlsanos para que seamos

entusiastas evangelizadores del Reino.

Y que tu bendición nos acompañe, Madre

hasta ver la hermosura de Dios en el Cielo.

Amén





005 ¿Súplica a María?



Préstame, Madre, tus Ojos
para con ellos mirar,
porque si con ellos miro
nunca volveré a pecar.

Préstame, Madre, tus labios
para con ellos rezar
porque si con ellos rezo
Jesús me podrá escuchar.

Préstame, Madre, tu lengua
para poder comulgar,
pues tu lengua es patena
de amor y santidad.

Préstame, Madre, tus brazos
para poder trabajar
y, así, rendirá el trabajo
una y mil veces más.

Préstame, Madre, tu manto
para cubrir mi maldad,
pues cubierto con tu manto
al cielo he de llegar.

Préstame, Madre, a tu Hijo
para poderlo yo amar;
si Tú me das a Jesús,
¿qué más puedo desear?
Y esa será mi dicha
por toda la eternidad. Amén.

"El Señor te bendiga y te guarde; 

te muestre su faz y tenga misericordia de ti. 

Vuelva su rostro a ti y te dé la paz."Amén. 



006 ¿Virgen María, Señora de la Pascua?




Madre: 
Señora de la Pascua. 
Señora del Viernes y del Domingo, 
Señora de la noche y la mañana, 
Señora del silencio y de la cruz,
Señora del amor y de la entrega, 
Señora, queremos decirte muchas gracias, 
Muchas gracias Señora por tu Fíat, 
por tu completa disponibilidad de Esclava, 
por tu pobreza y tu silencio, 
por el gozo de tus siete espadas, 
por el dolor de todas tus partidas, 
que fueron dando la paz a tantas almas. 
Señora, muchas gracias, por haberte quedado con nosotros. 
Amén




007 ¿Oración a María?


Tu nombre es digno de honor, 
Oh María, bendecida en todo 
tiempo y obra de arte que rinde 
alabanza a su experto artífice. 
Oh amable doncella que has 
recibido el egregio mensaje angélico, 
tú posees unos dones de belleza 
que sobrepasan los de cualquier 
otra persona. Eres la más hermosa 
de las rosas y tu candor es muy 
superior al de los lirios.
Tú eres la nueva flor de la tierra 
que el cielo cultiva desde lo alto. 
Cristal, ámbar, oro, púrpura, esmeralda, 
cándida perla, allí adonde llega el 
resplandor de tu hermosura quedan 
envilecidos los más preciosos metales. 
La nieve es vencida por tu blancura 
inmaculada, el sol sobrepujado por 
la hermosura de tu cabellera; sus rayos, 
Oh Virgen, palidecen frente a tu belleza; 
el brillo del rubí se apaga y el resplandor 
del lucero del alba queda oscurecido ante 
ti que en todo momento aventajas a los 
astros del firmamento. 
Amén




008 ¿Madre de la Sonrisa?



Igual que la caricia, como el leve 
temblor de vientecillo en la enramada, 
como el brotar de un agua sosegada 
o al fundirse de la nieve, 
debió ser, tan dulce, tu sonrisa, 
OH, Virgen Santa, Pura, Inmaculada, 
al sentir en tu entraña la llegada 
del Niño Dios como una tibia brisa. 
Debió ser tu sonrisa tan gozosa, 
tan tierna y tan feliz como es el ala 
en el aire del alba perezosa, 
igual que el río que hacia el mar resbala, 
como el breve misterio de la rosa 
que, como aroma, toda el alma exhala. 
Amén.




009 ¿Virgen fuerte en el dolor?



Santa María, Madre de Dios.
Tú has permanecido con firmeza de pie
junto a la Cruz para participar, con
todo tu maternal cariño, en los tormentos
y suplicios de tu Hijo.
Has querido probar en tu corazón todos 
los dolores que atormentaban su cuerpo 
y su alma, para que su sacrificio llegase 
a ser también totalmente tuyo, por esto 
tú serás siempre para nosotros el modelo 
de firmeza en las pruebas, ofrecidas en 
unión al sufrimiento redentor de tu Hijo 
Jesucristo. 
Comunícanos a nosotros tu fortaleza del 
alma, infúndenos tu mismo espíritu de 
Fe, esperanza y caridad. Tú has sufrido 
con tanta firmeza, porque has creído en 
el Salvador, no obstante su aparente derrota, 
has esperado en su triunfo en el 
momento de la crucifixión, lo has amado 
por él mismo, sacrificando tu corazón 
para permanecer cerca de El. 
Haz que nuestra fe y nuestra esperanza, 
no se dejen abatir por las dificultades 
y que conservemos la certeza, de que a 
través del sufrimiento, llegaremos al - 
triunfo del gozo, hecho más profundo por 
un amor, que ha crecido y se ha hecho 
fuerte en el dolor.
Amén.




010 ¿Clementisima Madre de Dios?


Oh clementísima Virgen María, 
Madre de Dios, 
Reina del Cielo, 
Señora del mundo, 
Júbilo de los santos, 
Consuelo de los pecadores! 
Atiende los gemidos de los arrepentidos; 
calma los deseo de los devotos;
socorre las necesidades de los enfermos; 
conforta los corazones de los atribulados; 
asiste a los agonizantes; 
protege contra los ataques de los demonios 
a tus siervos que te imploran; 
guía a los que te aman 
al premio de la eterna bienaventuranza, 
en donde con tu amantísimo hijo Jesucristo 
reinas felizmente por toda la eternidad. 
Amen.



011 ¿Madre de Bondad?


Toma mi mano cuando reces, será tu fortaleza. 
Mírame a los ojos cuando reces, seré tu guía. 
Reza con el corazón y derrocharás amor. 
Reza pensando en Mí y transmitirás 
sentimientos de paz y de alegría.
Reza teniendo a otras personas en tu mente 
por la cual estás pidiendo algo especial 
y te concederé la gracia. 
Reza, hija Mía, que tus oraciones son 
peticiones que elevo al Señor. 
El siempre te está escuchando. 
Tu corazón es muy humilde y lo conmueve. 
Reza, hija Mía, que nosotros te protegeremos. 
Reza, que tu oración será tu tesoro 
y fortaleza. 
Reza, hija Mía, que estamos contigo y nunca 
nos separaremos, nunca te abandonaremos. 
Reza, estoy a tu lado. 
Madre de Bondad.
Amén.





012 ¿Madre del silencio?




"Madre del Silencio y de la humildad, 
tú vives perdida y encontrada 
en el mar sin fondo del Misterio del Señor. 
Eres disponibilidad y receptividad. 
Eres fecundidad y plenitud"
"Eres solicitud y atención por los hermanos...
Haznos comprender que el Silencio
no es desinterés por los hermanos
sino fuente de energía e irradiación;
no es repliegue sino despliegue;
y que, para derramar riquezas,
es necesario acumularlas.
El mundo se ahoga en el mar de la dispersión,
y no es posible amar a los hermanos
con un corazón disperso.
Haznos comprender que el apostolado,
sin silencio es alienación;
y que el silencio sin apostolado es comodidad. (Amén)".

Cf. Pbro. Ignacio Larrañaga, El Silencio de María, 19782 (P.250).





013 ¿Oración a Nuestra Señora de la Asunción?



 "Madre asunta al Cielo: Tú eres esplendor que no 
ensombrece la luz de Cristo, porque vives en él y para él.
Todo en ti es 'si': Tu eres la Inmaculada,
eres transparencia y plenitud de la gracia.
Aquí estamos, pues, tus hijos, para buscar
amparo bajo tu materna protección e implorar
confiados tu intercesión ante los desafíos ocultos del futuro"

"Te encomendamos a todos los hombres,
comenzando por los más débiles: a los niños que aún no han visto la luz y a los que han nacido en medio de la pobreza y el sufrimiento;
a los adolescentes rebeldes;
a los jóvenes en busca de sentido,
a las personas adultas que no tienen empleo
y a las que padecen hambre, olvido, violencia y enfermedad.
Te encomendamos a las familias rotas,
a los ancianos, venerables y patriarcas que carecen de asistencia
y a cuantos están solos y sin esperanza.
Abre nuestros corazones a la justicia y al amor,
y guíanos hacia una comprensión
recíproca y hacia un firme deseo de paz. Amén. "

( Cf. Oración de Juan Pablo II - Adaptación para nuestro Continente de la Esperanza )



014 ¿Oración a María Madre Nuestra?



"¡Oh Madre Santísima de Jesús!, Venimos a ti
como a la fuente viva que refrigera, como a la
llama que calienta, como a la aurora que
disipa las tinieblas, como a la Madre siempre
atenta a las necesidades de sus hijos.
Hay horas en que el camino de nuestra vida
es duro. No es fácil andar siempre con paso
igual en el sendero del deber. Hay días en los
que todo es carga y achaques de salud."



"Pero tú, ¡Oh Madre admirable!,
haces todo fácil.
Y sin embargo, no quitas el sacrificio de
nuestros caminos,´como Dios tampoco lo
quitó del tuyo, pero facilitas el esfuerzo
haciendo que crezca el amor. El amor, siempre
vencedor en ti, te hizo decir en el umbral de tu
destino: 'Hagase en mí según tu palabra'. Esta
palabra de adhesión al amor que te guiaba,
jamás la retiraste. ¡Oh María!, que tu templo
sea nuestra fuerza. Amén".





015 ¿Oración a Nuestra Señora de Fátima?



 "Oh Madre, que conoces los sufrimientos 
y las esperanzas de la Iglesia y del mundo,
ayuda a tus hijos en las pruebas cotidianas
que la vida reserva a cada uno y haz que,
por el esfuerzo de todos, las tinieblas no
prevalezcan sobre la luz."

"A ti, aurora de la salvación, confiamos
nuestro camino en el nuevo Milenio,
para que, bajo tu guía, todos los hombres
descubran a Cristo, luz del Mundo y único
Salvador, que reina con el Padre y
Espíritu Santo por los siglos de los siglos.
Amén".

( Cf. Oración de Juan Pablo II, El Grande )






016 ¿Poema Oh Santísima Madre?




Oh Santísima madre, Virgen María
Que como Mamá de Dios fuiste escogida
Llévame por tu amino de amor y alegría.

Ayúdame a cargar con mi cruz
Para ser agradable a mi Jesús.
Ayúdame a ser santa y a encontrar la luz.
Ayúdame a llegar al cielo, y así con mi voz
Glorificar a Dios.




Oh Virgen María
Como un sol llegaste a mi vida
Para iluminar la oscuridad de mi alma
Y cambiar la preocupación por calma.

Tu corazón, tu corazón, tu corazón.
Dame tu corazón para amar al Señor
Pues en él, Dios se regocijará con amor.

Por la humanidad, te pido perdón
Por mis ofensas, te pido perdón
Por la incredulidad de la gente, te pido perdón
Pues sufres junto a Dios.

¡Eres la luz que ilumina mi camino,
Eres la única salida de este mundo perdido!.




017 ¿Poema Hija del Padre, Madre del Hijo y Esposa del Espíritu Santo?




"¡Oh Princesa celebrada
Que del Sol estáis vestida,
Da la luna al pie servida,
Y de estrellas coronada!

Pues sois Hija regalada
Del Padre que así os levanta,
Ángeles y hombres unidos
Canten: Santa, Santa, Santa"
Primogénita de Dios, 
Antes de toda criatura,
Vista la mas bella y pura
De lo posible en el caos:

Vuestra protección veloz, ya que á todos se adelanta,
Ángeles y hombres unidos
Canten: Santa, Santa, Santa.
Fuiste electa de Dios Padre
Como Hija la muy amada,
Y en todo privilegiada,
Para su Hijo digna Madre:

Con voz sonora que cuadre,
Á tanto honor, dicha tanta,
Ángeles y hombres unidos
Canten: Santa, Santa, Santa.

Fué tu noble redención
¡Oh María! muy especial,
Pues de culpa original
Lograste preservación;

Por tan insigne exención,
Que hechiza á todos y encanta,
Ángeles y hombres unidos
Canten: Santa, Santa, Santa.

El ser tú de Dios fecunda
Y Madre cierta del Hijo,
Grandeza es, que á punto fijo
Todas sus grandezas funda:

Mas pues de ellas te redunda
Gloria que admira y encanta
Ángeles y hombres unidos
Canten: Santa, Santa, Santa.

Tu insigne virginidad
Aun después del parto entera
La primera alzó bandera
Consagrada á la Deidad:

A tal magnanimidad
Y á gracia y pureza tanta
Ángeles y hombres unidos
Canten; Santa, Santa, Santa.

Por su Templo y por Esposa
Del Santo Espíritu electa,
Te formó la más perfecta,
Y sobre todas hermosa:
Si en tu corazón reposa,
Y encuentra delicia tanta,

Ángeles y hombres unidos
Canten: Santa, Santa, Santa.

Colmo eres de tal virtud,
Dotada de todo bien,
Que á hombres y ángeles también
Excede tu plenitud:
Laureando á esta magnitud, Y á esta dicha sacrosanta
Ángeles y hombres unidos
Canten: Santa, Santa, Santa.

Fuiste libre y siempre exenta
De toda culpa, aun venial,
Y hasta de la raíz fatal
Que su origen la fomenta:
Pues al demonio atormenta
Esta gracia, y lo quebranta.
Ángeles y hombres unidos
Canten: Santa,Santa, Santa.

Refugio eres y abogada,
¡Oh Madre! de pecadores,
Por éso nuestros clamores
Consuelas tú, Madre amada:

Nuestra súplica angustiada
Llegue siempre hasta tu planta,
Ángeles y hombres unidos
Canten: Santa, Santa, Santa.

A María que adelanta,
En gracia á los escogidos,
Ángeles y hombres unidos
Canten: Santa, Santa, Santa".

Cfr., Rvdo. Pbro. Antonio Donadoní, S.J.




018 ¿Poema María Inmaculada?




"Santa Madre de Dios y Madre Mía,
Rosa de Jericó, Blanca Paloma,
Lirio entre zarzas, cáliz de ambrosía,
Nítida estrella que ante el Sol asoma.

Vaso de devoción, huerto de flores,
Templo inmortal do el Verbo halló morada
Esposa del amor de los amores,
Virgen eternamente Inmaculada."



Por la Virtud excelsa de tu nombre,
Porque de Luz y gracia eres tesoro,
Ruégote, ¡Oh Pura! Madre de Dios-Hombre,
Que como el fuego purifica el Oro.

Tú de Jerusalén orgullo y gloria,
Tú, gozo y dicha de Israel amante,
tú, honor de nuestro pueblo en tu victoria,
Tras Eva pecadora, Eva triunfante.

Un rayo de tu Amor que claro brilla
Y a Dios, su santidad, bendito debe,
Me deje el alma libre de mancilla,
Más pura, más que el lampo de la nieve".

Cf. Cayo Aél.





019 ¿Canto a la Inmaculada?




"Refulgente de Gloria 
alzas el rostro a la cerúlea esfera, 
el júbilo a ostentar de tu victoria, 
si el virgíneo pudor lo consintiera; 
triunfa, ¡Oh invicta! y muestre tu gobierno 
en el Cielo, en la Tierra, en el infierno, 
la omnipotencia que rogando impera". 

Cf. Belisario Peña, Poeta Místico y Teólogo Católico.




020 ¿Poema Madre de todo Niño?




"¡Oh Madre de todo niño 
y de todo desgraciado, 
tú a quien Dios en ti humanado, 
ama con filial cariño. 
Tú que ablandas con un guiño 
de la justicia el rigor, 
pues que toda eres amor, 
a ti, oh Madre, pido y clamo 
que implores para los que amo 
la protección del Señor". 

Cf. Rafael Pombo, Cartilla Ilustrada, Décima a la Virgen María.




021 ¿Poema En la Navidad de María?





"Como después de noche tenebrosa,
Con el alba se alegra el marinero,
Cuando ve que cesa el viento fiero
De la mar encrespada y procelosa."



"Así también la edad mas venturosa
Se goza, ya que Dios, antes severo,
Quiera nacer de Vos, claro lucero,
Como nace la luz del Alba hermosa.

Pues alba sois que a todos dais contento,
De todos recibid la bienvenida precursora del Sol del firmamento.

Estrella sois del Mar, recién nacida:
Haced pues, amansar el crudo viento,
Y que nos lleve al Puerto de la Vida".

Cf. Fray Arcángel de Alarcón.




022 ¿Poema La Asunción de Nuestra Señora?




"Murió de Amor, la Madre de la Vida; 
a imagen de la vida que había muerto, 
vióse en el polvo del sepulcro hundida; 
mas, presto de él salió. Como en el huerto 
yase el lirio, del Sol a la Caída, 
y a la aurora está erguido y entreabierto, 
tal de la Virgen la mortal historia: 
durmió en Sión y despertó en la gloria". 

Cf. Mons. Rafael Celedón, Obispo de Santa Marta, Poeta místico, Filólogo y Matemático.




023 ¿Segundo Soneto a la Virgen María?


"Escucha: Cuántas veces, cuando es malo algún niño, 
por un frágil juguete, por la miel de un cariño, 
le promete a la Madre que se torna mejor. 
Así yo me enmendara, lo mismo que un chicuelo, 
si tú me regalaras un pedazo de Cielo, 
una gota de gracia y un mendrugo de Amor". 

Cf., Aurelio Martínez Mutis, Poeta Mariano.






024 ¿Aparta de tus Ojos?




"Aparta de tus ojos la nube perfumada
Que el resplandor nos vela que tu semblante da,
Y tiéndenos María, tu maternal mirada,
Donde la paz, la vida y el paraíso está."



Tu, bálsamo de mirra; tú cáliz de pureza;
Tú flor del Paraíso y de los astros de luz,
Escudo sé y amparo de la mortal flaqueza
Por la Divina sangre del que murió en la Cruz.

Tú eres Oh Madre un faro de esperanza
Que brilla de la vida junto al revuelto Mar,
Y hacia tu luz bendita desfallecido avanza
El náufrago que anhela en el edén tocar".

Cf. José Zorrilla.





025 ¿Estrella del Mar? (Sextilla)




"María, que del piélago del alma, 
las tempestades calma; 
que recoge en sus brazos y consuela 
al náufrago del mar y de la vida; 
bálsamo a toda herida 
puerto a toda aflicción. Maris Stella". 

Cf. Don Gaspar Núñez de Arce.






026 ¿A la Virgen Madre? (Hermoso Ritornelo)



"Caído se le ha un clavel, 
hoy, a la aurora, del seno: 
¡qué glorioso que está el heno 
pues ha caído sobre él!". 

Cf. Don Luis de Góngora.





027 ¿Reina del Cielo?



"Reina augusta del Cielo, Virgen María...! 
A tí mis versos vuelan cual mariposas, 
cual mariposas blancas que al medio día 
van a posar su vuelo sobre las rosas".

Ellas son las primicias que el alma mía 
hoy te brinda en tus notas más cadenciosa. 
Por eso hoy en su ritmo vaga armonía 
y por eso revuelan cual mariposas. 

Van buscando anhelantes dos azucenas, 
dos azucenas puras: tus manos buenas, 
tus manos que del Cielo son los encantos. 

Esas manos que sacian nuestros anhelos, 
esas manos que alivian todos los duelos, 
esas manos que enjugan todos los llantos". 

Cf., A.M.O.






028  ¿Tu eres Mi Cielo?




Hay en la entraña misma de mi vida,
Un no sé qué, que definir no puedo:
Es Amor? es Anhelo? es Poesía?
Es nostalgia del Cielo Madre mía, María Santísima...
Yo te quiero mirar, en Tí está el Cielo,
Ocupas tú mi mente; Yo no sueño más,
Que en mirar tu faz Inmaculada,
Y Extasiarme ante tí, cual un amante,
A quien la vida se le torna instante,
Por vivir a tus pies enamorado.



Quiero quemarte en el altar oculto, que llevo
en lo más íntimo del alama, como granos de incienso,
mis anhelos, mis penas, mis amores, mis consuelos...
Para vivir en dulce calma...
Te encuentro en todo ser:
En la mañana, derramando la luz cual tus pupilas.
En la noche estrellada, en la inocencia en la flor,
en la nube, en la presencia de las aguas magníficas tranquilas...
Todo lo que de gracia y hermosura, puso Dios en los seres, Madre mía,
Fue un ensayo no más de tu grandeza
Dáme Reina divina la ventura, de vivir contemplando tu belleza.
Déjame aquí. Como la cera quiero derretirme al fulgor de tus destellos
No me importa la vida y sus enojos;
Quiero tener la lumbre de tus ojos;
Luego morir para perderme en ellos". (ANÓNIMO).




029  ¿La Virgen María?




La Virgen María
-como la Iglesia-
es el canal de Cielo
que riega lo eterno…

Nos viste de infinito,
nos alimenta del Verbo…

Nos recrea en la rivera
donde florecen besos…



Sana llagas y entuertos,
y el estiércol de nuestros dolores
lo convierte en abono fecundo
para que crezcan rosas de amores,
¡lindas rosas de mil colores!

Ruega por nosotros pecadores ¡ahora!
Santísima Virgen María,
¡que seamos humildes como Tú!...

… Porque sólo las flores sencillas
pueden vivir las maravillas
de sentirse ¡Hijos de Dios!
Moradas del Padre Eterno,
sagrarios de Jesucristo,
templos del Espíritu…






030  ¿Eres Santa Madre?




Eres, Santa María, de todas la más buena,
Ejemplo de cristianos, madre del Salvador,
Callada y operante sin miedo ni temor,
Consuelo de afligidos, dulce balsa serena,
  



Solo en tu amor encuentro la dicha que buscaba;
No quiero ni un aplauso del mundo sin moral,
Ni quiero que me halaguen pues soy también mortal,
Y solo en Cristo encuentro la paz que tanto ansiaba.

Ya gozo con fruición la paz que en ti rebosa,
Cuando en la confianza de tu divino amor,
Ya vivo descansado sin pena ni dolor
Sabiendo que me cuidas y en ti mi amor reposa.

Ya no me encuentro solo, ni mis manos vacías,
Que en ti con Cristo amado ya tengo salvación;
Ya nadie artero puede quitarme la ilusión
Teniendo tus consuelos y augustas alegrías.





031  ¿Hoy quiero robarte tus sueños?




Hoy quiero robarte tus sueños
Separarte de cada uno de ellos
Encontrar la manera de hacerlos realidad

Quisiera tenerlos en una bolsa pequeña
Para cuando llegue el tiempo de tus lágrimas hacerlos germinar
Sembrarlos en los tiempos malos
Para que al final del día den fruto de felicidad



Hoy quiero robar tus fantasías
Las que has tenido desde niña
Cuando eras princesa y corrías en el campo
Cuando no había tristezas
Cuando todos tenían tu atención
Hoy quiero ser ese príncipe que estaba allí
Rescatándote de los dragones y malos hechiceros
O tal vez ser ese artista del que siempre has sido fan
Por el que llenabas tus libretas de cromos
O que sentías necesario para vivir

Hoy quiero ser ese momento de paz que buscas
O un instante junto al mar antes de un atardecer
Tal vez un libro que me quede en tus manos
Y entre en tu mente como poesía
Hoy quiero tantas cosas ser para ti
Que solo puedo decir
Que hoy quiero estar contigo.




032  ¿Letras Ocultas?



Hay letras ocultas aquí
Son aquellas que nunca salen del tintero,
Las que cuentan la historia escondida de los cuentos de hadas,
De los amaneceres vacíos
Y de el instinto de soledad



Hay letras que jamás se escriben
Aquellas que hablan de los amantes silenciosos
Y de sus pericias para esconder su pasión
De las palabras retenidas por teléfono
Que se pierden entre el golpeteo de la lluvia de España
Son aquellas del sexo reprimido entre las almas
Cuando no se les permite amar
De las mieles que intercambian los amantes
De las que muestran la luz cuando tus letras desnudan mis sueños

Son los espacios en blanco de mis sentimientos hacia ti
Mis lagrimas de alegría cada que te escribo
Las musas escondidas que asemejan tus manos entrelazadas
Que solo existen en mis sueños
Que están tan lejanas como la luna

Hay letras sin sonido
Que callan justo al momento del amanecer
Que se ocultan en los versos de Sabines
En las notas de Joaquín
Y en mis frases hacia ti

Hay tantos tipos de letras cuando te siento aquí
A mi lado
Solo en mi imaginación
Cuando te siento respirar junto a mí
Cuando peleas a mi lado por un nuevo futuro
Por un nuevo sol libre de los malos recuerdos
Y así destruir los muros invisibles de la soledad

Hay letras que brillan
Que su luz transforma la mañana
Que buscan en tu voz mi sonrisa
Que buscan en mis manos el hacerte un mundo mejor

Son las letras de las hijas de Eva
De las musas de Aute
Son las letras en las que refugio mi querer
En las que se esconden las sombras del amor
Listas y acechantes para atacarnos en el peor
O tal vez en el mejor momento de nuestras vidas
Son las que se ocultan en tus letras
Son las que espero para ti
Son las que quiero para mí.



033  ¿Nuestra Señora de Gracia?



¡Dulcísima Paloma
que ha bajado del Cielo enamorada!
A una doncella toma,
la hace desposada
y Su Gracia, en su gracia es derramada.



¡AVE, AVE MARÍA!
Eres de Gracia llena plenamente,
pues Dios en tu alegría,
te invade dulcemente
y Su amada serás eternamente.

¡Estrella vespertina
nimbada de hermosura y esplendores!
¡Sonrisa tan divina
que dice los candores
de Aquel que ya es Amor de los Amores!




034  ¿Nuestra Señora de las Angustias?



¡Cómo me duele el alma, Madre mía!
Me duele al verte lirio desgajado
que en dolorido gesto se ha inclinado
arrullando a una blanca rosa fría.



Me duele, Madre, verte en la sombría
tarde en la que una nube ha derramado
su dolor, en un llanto tan callado
que endulza las angustias de este día.

Me duele tu pesar y tu ternura
acunando los miembros desgarrados
de Aquel que fué un dechado de templanzas.

Me duele tu piedad, que en hermosura
es el alba en sus gozos azulados.
¡Cómo sabe de dulces esperanzas!





035  ¿Virgen de la Soledad?



Tu soledad..., silencio
del mustio atardecer sombrío y triste.
¡Tu soledad..., silencio!



Silencio en los latidos de la pena
que brotan de tu adentro,
y esa actitud serena
que aguarda la venida del encuentro
con esperanza plena.

Tu soledad..., belleza
en el rostro de mística hermosura.
¡Tu soledad..., belleza!

Belleza que recuerda manantiales
de plata en luna llena,
y el oro en los trigales
mecido por el céfiro que suena
a dulces madrigales.

Tu soledad..., es canto
del agua pura en fuente cristalina.
¡Tu soledad..., es canto!

Es canto como arrullo de paloma.
Como el decir del río.
Como la flor que toma
su beso del rocío
e invade tu ternura con su aroma.

Tu soledad..., mi pena
que anega plenamente mis sentidos.
¡Tu soledad..., mi pena!






036  ¿Reina del Universo?



Reina del cielo,
madre de amores,
hoy a tus plantas
traemos flores.
Y te pedimos,
Virgen hermosa,
que nos atiendas
en una cosa.
Dice mi madre
que aquí en la Tierra
sufre el peligro
de nueva guerra.



Y quiere el Papa
que niños buenos
la paz pidamos
y a ti roguemos.
¡Oh, Virgen pura!
que a la inocencia
tu amor escucha
con preferencia.
Atiende, madre,
lo que hoy pedimos;
pues confiamos
en tu cariño.
Haz que reine Cristo
en los corazones,
y su paz y su amor vengan
pronto a las naciones.
Que le conozcan
todas las almas,
y no habrá guerra,
ni lucha de armas.
Guarda esta Patria
que es la tuya.
¡Oh, Virgen bella!
que en el Pilar tomaste
posesión de ella.
Recordad que ella
siempre con sus misiones,
es la que a Cristo conquista
más corazones.
No miréis los defectos
que hoy nos la empañan,
por la flor que traemos:
¡salvad al mundo!




037  ¿María que nombre más Hermoso?



MARÍA que nombre mas bello
¿Quién te lo puso?, di.
Acaso vino del cielo
o te lo trajo un serafín.
Al pronunciarle, ¡oh, María!,
parece que sale el sol
inundando de alegría
todos los campos en flor.



!Qué bello!, cinco letras lo componen
que son cinco rosas de olor
que perfuman con su aroma
a este mundo pecador.
Al empezar a llamarte
con este nombre sin par.
me quedo maravillada
porque se pronuncia el mar.
Y es, como el mar, inmenso,
de gracia lleno tu ser
e inmensas son tus virtudes,
e inmenso es también tu poder.
Y en tu nombre se reúne
la más mágica belleza,
por eso mayo a porfía
le canta la naturaleza
María, susurra el aire
de la brisa matinal.
María suena en las aguas
de la fuente el matinal.
Y cuando a la puerta del cielo
me llegue cual hoy a tus pies,
María, llamaré en ella
y al abrirla a ti te veré.
Y mientras llegue ese día
de entrar contigo al edén,
María, cante yo siempre
y flores traiga a tus pies.



038  ¿Dicen ¡Que eres tan bella! Madre Mía?



Señora y Madre mía
dicen que eres tan bella
como de la mañana,
la Titilante estrella.

Como la Flor, que se abre
al beso del rocío,
y se refleja púdica
en claro y manso río.



Como paloma cándida
que arrulla enamorada,
como visión purísima
de Rosas coronada.

Como encendida Rosa,
como florida palma,
cual plácida marina,
dormida en suave calma.

Como radiante Luna,
que asoma entre nublado
y alegra la morada
del triste desterrada.

Amables son sin duda
estas comparaciones,
pero las considero
quiméricas visiones.

Señora te asemejas
rodeada de esplendor
Solo a la mas amable
Sonrisa del Creador.




039  ¿Mi Deseo?



"Escucha tierna Madre
cual es mi vivo anhelo
volar volar al cielo
tu dulce rostro a ver

Volar quisiera al cielo
tu rostro ser
Tesoro y luz del Cielo
quisiera Oh Madre Santa
poder besar tu planta
tu sacro rostro al ver



Tan bella, tan amable
quién como tú María
cuánto el alma ansía
tu faz radiante ver

Si aquí, tu nombre sólo
endulza el alma tanto
mayor será el encanto
tu faz amable al ver

El hombre y el destierro
ni paz ni gozo siente
su Madre el hijo ausente
anhela sólo ver".

Cf. 'María en la Historia de la Salvación', Sor Francisca Teresa, 
Pág., 216 ( 1979), Con Imprimatur de Mons. Alfonso Lopez Trujillo.






040  ¿Por qué te amo Oh María?


Cantar, Madre, quisiera
por qué te amo .
Por qué tu dulce nombre
me hace saltar de gozo
el corazón,
y por qué el pensamiento de tu suma grandeza
a mi alma no puede inspirarle temor.
Si yo te contemplase en tu sublime gloria,
muy más brillante sola
que la gloria de todos los elegidos juntos,.
no podría creer que soy tu hija,
María, en tu presencia bajaría los ojos... 

Para que una hija pueda a su madre querer,
es necesario que ésta sepa llorar con ella,
que con ella comparta sus penas y dolores.
¡Oh dulce Reina mía,
cuántas y amargas lágrimas lloraste en el destierro
para ganar mi corazón, ¡oh Reina!
Meditando tu vida
tal como la describe el Evangelio,
yo me atrevo a mirarte y hasta a acercarme a ti.
No me cuesta creer que soy tu hija,
cuando veo que mueres,
cuando veo que sufres
como yo

  Cuando un ángel del cielo te ofrece ser la Madre
de un Dios que ha de reinar eternamente,
veo que tú prefieres, ¡oh asombroso misterio!,
el tesoro inefable de la virginidad.
Comprendo que tu alma, inmaculada Virgen,
le sea a Dios más grata
que su propia morada de los cielos.
Comprendo que tu alma, humilde y dulce valle,
contenga a mi Jesús, océano de amor
.
  Te amo cuando proclamas
que eres la siervecilla del Señor,
del Señor a quien tú con tu humildad cautivas.
Esta es la gran virtud que te hace omnipotente
y a tu corazón lleva la Santa Trinidad.
Entonces el Espíritu, Espíritu de amor,
te cubre con su sombra,
y el Hijo, igual al Padre,
se encarna en ti...
¡Muchos habrán de ser
sus hermanos
pecadores
para que se le llame: Jesús, tu primogénito!

María, tú lo sabes: como tú
no obstante ser pequeña, poseo y tengo en mí
al todopoderoso.
Mas no me asuste mi gran debilidad,
pues todo los tesoros de la madre
son también de la hija,
y yo soy hija tuya, Madre mía querida..¡Acaso no son mías tus virtudes
y tu amor también mío?
Así, cuando la pura y blanca Hostia
baja a mi corazón,
tu Cordero, Jesús, sueña estar reposando
en ti misma, María.

  Tú me haces comprender, ¡oh Reina de los santos!,
que no me es imposible caminar tras tus huellas.
Nos hiciste visible
el estrecho camino que va al cielo
con la constante práctica de virtudes humildes.
Imitándote a ti,
permanecer pequeña es mi deseo,
veo cuán vanas son las riquezas terrenas.
Al verte ir presurosa a tu prima Isabel,
de ti aprendo, María,
a practicar la caridad ardiente.
En casa de Isabel escucho, de rodillas,
el cántico sagrado, ¡oh Reina de los ángeles!,
que de tu corazón brota exaltado

Me enseñas a cantar los loores divinos,
a gloriarme en Jesús, mi Salvador.
Tus palabras de amor son las místicas rosas
que envolverán en su perfume vivo
a los siglos futuros.
En ti el Omnipotente obró sus maravillas,
yo quiero meditarlas y bendecir a Dios.

  A san José, que ignora
el milagro asombroso
que en tu humildad
quisieras ocultar,
tú le dejas llorar cerca del tabernáculo
donde se oculta y vela
la divina beldad del Salvador.
¡Oh, cuánto amo, María, tu elocuente silencio!
Es para mí un concierto muy dulce y melodioso,
que canta a mis oídos la grandeza,
y hasta la omnipotencia,
de un alma que su auxilio sólo del cielo espera...

  Luego, en Belén, os veo, ¡oh María y José!,
rechazados por todos.
Nadie quiere acoger en su posada
a dos pobres y humildes forasteros.
¡Sólo para los grandes tienen sitio...!
Y en un establo mísero, rudo y destartalado,.tiene que dar a luz la Reina de los cielos
a su Hijo Dios.
¡Madre del Salvador,
qué amable me pareces, qué grande me pareces
en tan pobre lugar!

  Cuando veo al Eterno en vuelto en los pañales
y oigo el tierno vagido del Verbo entre las pajas,
¿podría yo, María, en ese instante,
envidiar a los ángeles?
¡Su Señor adorable es mi hermano querido!
¡Cómo te amo, María, cuando en nuestra ribera
abres para nosotros esa divina Flor!
¡Cómo te amo, Virgen, cuando escuchas
a los simples pastores, y a los magos,
y guardas y meditas todo eso
dentro del corazón!

  Te amo cuando te mezclas con las demás mujeres
que dirigen sus pasos al templo del Señor.
Te amo cuando presentas al Niño que nos salva
al venerable anciano que le toma en sus brazos.
Al principio yo escucho sonriendo
su cántico, mas pronto sus acentos
hacen correr mis lágrimas.
Hundiendo en el futuro su mirada profética,
Simeón te presenta la espada del dolor.

  ¡Oh Reina de los mártires, la espada dolorosa
traspasará tu pecho
hasta la tarde misma de tu vida!
Ya te ves obligada
a abandonar el suelo de tu patria
por escapar, huyendo,
del furor sanguinario de un envidioso rey.
Jesús duerme tranquilo
bajo los suaves pliegues de tu velo
cuando José te advierte que hay que partir aprisa.
Y es pronto tu obediencia:
tú partes sin demora y sin razonamientos.
 
En la tierra de Egipto, me parece, ¡oh María!,
que, a pesar de vivir en la suma pobreza,
lleno de gozo y paz vive tu corazón.
¿Qué te importa el destierro? ¿No es, acaso, Jesús
la patria de las patrias, la más bella?
Poseyéndole a él, tú posees el cielo.
Mas en Jerusalén, una amarga tristeza te envuelve
y, como un mar, tu corazón inunda.
Por tres días Jesús se esconde a
tu ternura,
y entonces si, sobre tu vida cae
un oscuro, implacable, riguroso destierro.

  Por fin logras hallarle, y al tenerle,
rompe tu corazón en transporte amoroso.
Y le dices al Niño, encanto de doctores:
"Hijo mío, ¿por qué has obrado así?
Tu padre y yo, con lágrimas, te estábamos buscando".
Y el Niño Dios responde, ¡oh profundo misterio!,
a la Madre querida que hacia él tiende los brazos:
"¿A qué buscarme, Madre? ¿No sabías, acaso,
que en las cosas que son del Padre mío
he de ocuparme ya?"

  Me enseña el Evangelio que sumiso
a María y José permanece Jesús,
mientras crece en sabiduría.
¡Y el corazón me dice
con qué inmensa ternura a sus padre queridos
él obedece siempre!
Ahora es cuando comprendo el misterio del templo,
las palabras ocultas del amable Rey mío:
Tu dulce Niño, Madre,
quieres que seas tú el ejemplo vivo
del alma que le busca
a oscuras, en la noche de la fe.

  Puesto que el Rey del cielo quiso ver a su Madre
sometida a la noche,
sometida a la angustia
del corazón
¿será, acaso, merced sufrir aquí en la tierra?
¡Oh, sí...! ¡Sufrir amando es la dicha más pura!
Puede tomar de nuevo Jesús lo que me ha dado,
dile que por mí nunca se moleste.
Puede, si a bien lo tiene, esconderse de mí,
me resigno a esperarle
hasta que llegue el día sin ocaso
en el que para siempre se apagará mi fe


  Yo sé que en Nazaret, Virgen llena de gracia,
viviste pobremente sin ambición de más.
Ni éxtasis ni raptos ni milagros
tu vida hermosearon, ¡Reina de los electos!
Muchos son en la tierra los pequeños,.y ellos pueden alzar, sin miedo, a ti los ojos.
Por el común camino, oh Madre incomparable,
caminas tú, guiándonos al cielo!

  Vivir contigo quiero, Madre amada,
a la espera del cielo,
seguirte en el destierro día a día.
En tu contemplación yo me hundo absorta,
y de tu inmenso corazón descubro
los abismos de amor.
Tu maternal mirada desvanece mis miedos,
y m enseña a llorar, y me enseña a reír.
Lejos de despreciar las fiestas de la tierra,
las fiestas que son santas,
tú, Madre, las comparte y bendices.

  Al ver que los esposos de Caná
no pueden ocultar al gran apuro
en que se encuentran por faltarles vino,
con maternal solicitud acudes
al Salvador, tu Hijo,
de su poder divino esperando la ayuda.
Jesús parece rechazar tu súplica
en un primer momento:
"Mujer, ¿qué no importa esto a ti y a mí?"
Mas de su corazón allá en el fondo
madre suya te llama,
y para ti y por ti Jesús realiza
su milagro primero.

  Te veo un día, Madre, en la colina,
entre los pecadores
que escuchan la palabra
de aquel que más nadie
desea recibirles a todos en el cielo.
Alguien dice a Jesús que quieres verle.
Entonces él, Hijo divino tuyo, ante la gente
muestra lo inmensamente que nos ama:
"¿Quién es mi hermano -dice-, quién mi hermana,
y mi madre quién es, sino el que cumple
mi voluntad en todo?"

  Al escucharle, tú, Virgen inmaculada,
¡oh Madre, la más tierna!,
no te entristeces,
antes bien te alegras
de que nos haga comprender entonces
que aquí abajo, en la tierra, nuestra alma
se hace familia suya..¡Oh, sí, te alegras, Virgen, de que él nos dé su vida,
el tesoro infinito de su divinidad!
¿Cómo no amarte y bendecirte, viendo
en ti tanto amor, tanta humildad?

  Tú nos amas, María, como Jesús nos ama,
por nosotros aceptas verte alejada de él.
Amar es darlo todo, darse incluso a sí mismo:
quisiste demostrarlo quedando con nosotros
como fuerte y visible ayuda nuestra.
¡Conocía Jesús tus íntimos secretos
y la inmensa ternura
de tu divino corazón de madre!
Te nos dejó a nosotros,
como refugio fiel de pecadores,
cuando, para esperarnos en el cielo,
abandonó la cruz.

  Te me apareces, Virgen,
en la sombría cumbre del Calvario,
de pie junto a la cruz,
igual que un sacerdote en el altar,
ofreciendo tu Víctima,
tu Jesús amadísimo,
nuestro dulce Emmanuel,
para desenfadar la justicia del Padre.
Un profeta lo dijo, ¡oh Madre desolada!:
"¡No hay dolor semejante a tu dolor!"
¡Oh Reina de los mártires, quedando en el destierro,
prodigas por nosotros
toda la sangre de tu corazón!

  La casa de san Juan se hace tu único asilo,
de Zebedeo el hijo reemplaza a tu Jesús...
Y es éste ya el último detalle
que nos da el Evangelio,
de la Virgen María no vuelve ya a hablar más.
Pero, Madre querida, su silencio profundo
¿acaso no revela
que el Verbo eterno -él mismo- cantar quiere
de tu vida los íntimos secretos,
para gozosa gloria de tus hijos,
los santos moradores de la patria del cielo?

  Yo escucharé muy pronto esa dulce armonía,
iré muy pronto a verte en , el hermoso cielo.
Tú que viniste a sonreírme, Madre,
en la suave mañana de mi vida,.ven otra vez a sonreírme ahora...,
pues ha llegado ya de mi vida la tarde.
No temo el resplandor de tu gloria suprema,
he sufrido contigo,
y ahora quiero
cantar en tus rodillas, Virgen, por qué te amo
¡y repetir por siempre y para siempre
que yo soy hija tuya...!
La pequeña Teresa...



Autora: Santa Teresa del Niño Jesús.





041  ¡Oh Augusta Reina de los Cielos!




"¡Oh Augusta Reina de los Cielos
y Señora de los Ángeles!
Pues has recibido de Dios el poder
y la misión de aplastar la cabeza de la
serpiente infernal; dígnate escuchar benigna
las súplicas que humildemente te dirigimos;
envía las santas legiones para que, bajo tus
órdenes, combatan a los demonios, donde
quiera repriman su audacia y los persigan
hasta precipitarlos al abismo.
¿Quién como Dios?
Santos ángeles y arcángeles,
defiéndannos y guárdennos,
¡Oh buena y tierna Madre!
Tú serás siempre nuestro amor y nuestra
esperanza. ¡Oh divina Madre!
Envía los Santos ángeles para defendernos
y rechazar lejos al demonio,
nuestro mortal enemigo. Amén."





042  ¿Preguntas qué son las dos Madres?





 ¿Me preguntas que son las Madres ó una Madre?
Junta el perfume de todas las flores
y el arrullo de todas las olas;
la firmeza de todas las montañas
y la inquietud de todos los ríos;
la frescura de todos los valles
y la mirada de todas las estrellas;
la caricia de todas las brisas
y el beso de todos los labios.
Todo guardado por Dios
en un corazón de mujer.
Eso es la Madre.
 ( Monseñor. Pbro. Antonio María Barbieri ).







043  ¿Oración a María Santísima?




 Oh María, Madre de Jesús y Madre mía, 
yo te entrego y te consagro mi vida como ha hecho tu Hijo Jesús.  
Me consagro a tu derecho de Madre y a tu poder de Reina, 
a la sabiduría y al amor del que Dios te ha colmado, 
renunciando totalmente al pecado y a aquel que lo inspira, 
te entrego a Tí mi ser, mi persona y mi vida, y especialmente mi voluntad, 
para que Tú la conserves en tu Corazón materno y la ofrezcas al Señor  junto con el sacrificio que Tú hiciste de Tí misma y de tu voluntad. En cambio, enséñame a hacer como Tú  la Voluntad Divina y a vivir en Ella. Amén.
Cf. Luisa Piccarrata, La Pequeña Hija de la Divina Voluntad.




044  ¿Santísimos Corazones de Jesús y María?


Santísimos corazones de Jesús y María,
unidos en el amor perfecto,
como nos miráis con misericordia y cariño,
consagramos nuestros corazones,
nuestras vidas,
y nuestras familias a Vosotros.
Conocemos que el ejemplo bello
de Vuestro hogar en Nazaret fue un modelo
para cada una de nuestras familias.
Esperamos obtener,
con Vuestra ayuda,
la unión y el amor fuerte y perdurable
que Os disteis.
Qué nuestro hogar sea lleno de gozo.
Qué el afecto sincero, la paciencia, la tolerancia,
y el respeto mutuo
sean dados libremente a todos.
Qué nuestras oraciones
incluyan las necesidades de los otros,
no solamente las nuestras.
Y qué siempre estemos cerca de los sacramentos.
Bendecid a todos los presentes
y también a los ausentes,
tantos los difuntos como los vivientes;
qué la paz esté con nosotros,
y cuando seamos probados,
conceded la resignación cristiana
a la voluntad de Dios.
Mantened nuestras familias cerca
de Vuestros Corazones;
qué Vuestra protección
especial esté siempre con nosotros.
Sagrados Corazones de Jesús y María,
escuchad nuestra oración.

Amén.




045  ¿Ave María?




AVE MARÍA
Blancura de las Rosas de la primera cita;
leche miel del jugoso país de Canaán;
gracia morena, orlada de Sol, de Sunamita;
sándalo que perfuma las aguas del Jordán.
Se anuncia ya, en la infancia del mundo tu visita;
las doce tribus fieles te esperan con afán;
tú alegrarás la tierra, venciendo a la maldita,
tortuosa mensajera del odio de Satán.
Puerta del Cielo, fuente de suprema eficacia,
que siendo la más pura de todas las mujeres,
lloraste con la pena mayor, bajo la Cruz;
Dios te Salve, María, llena eres de gracia,
el Señor es contigo y bendita tú eres,
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Emperatriz del llanto, melancólica y muda,
que tuviste en los ojos, al morir el Señor,
las ojeras moradas de la tarde ya viuda:
un dolor no ha existido cual tu inmenso dolor.
Bajo el golpe no gimas; desgarrada y desnuda,
va dejando tu herida celestial resplandor,
como el heno que corta la guadaña filuda
y que deja los filos perfumados de amor.
Por la cruz y los clavos, por el largo camino,
por la hiel y el vinagre y el lanzón de Longino,
por el buey que al Bambino calentara en Belén,
Santa María Madre de Dios, ruegá, Señora,
por nosotros los tristes pecadores, ahora,
ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén"., Cf. Aurelio Martinez Mutis.



046  ¿ Corazones unidos de Jesús y María?



“Padre Celestial, te ofrezco todo lo que hago, mis sufrimientos y mis sacrificios, unidos a los méritos de Jesús y de María, en nombre de todas las almas y de las almas de la iglesia Trinitaria con la intención de obrar de esta manera y seguir obrando en la Eternidad. Yo confío, ¡oh Padre Celestial!, y te ofrezco en sacrificio los corazones unidos de Jesús y de María, las heridas gloriosas y sangrientas de Jesús y las lágrimas de nuestra querida Madre Celestial. Señor, hágase tu Voluntad !Jesús, María, os amo, salvad almas!”., Cf. Nuestra Señora a la Vidente Católica Manuela Strack, en Sievernich, al Sur-Oeste de Colonia Alemania, en las proximidades de Zülpich, Diócesis de Aquisgrán, el 2 de Mayo del 2005.



047  ¿Clama a la Madre de Dios?




"Allá en Sevilla, en cuita dolorosa
está Beatriz Barbosa.
Quizá Beatriz, como la niña hermosa
que guió al cantor hasta la luz eterna,
en este instante, desolada esposa,
por el ausente orando se postrerna;
y las nupcias recuerda, en el santuario
de la Victoria ornado de claveles;
las palabras de amor del visionario
la partida, el adiós de los bajeles;
y siente en sus entrañas la criatura
que del padre los ojos extinguidos
no verán; y lo evoca, en la amargura
de un mundo de sollozos comprimidos.
Se va por dar más tierra a la Corona
y el corazón le deja hecho pedazos,
¡y por el triunfo efímero abandona
la guirnalda caliente de sus brazos!
Con el más hondo de los gritos clama
a la Madre de Dios, por el que ama.
Dicen que en el florido
refugio de su manto
se sosegó el rugido,
y que a su influjo santo,
hasta el empedernido
pecador que olvidó la senda clara
del bien, no fue posible que olvidara
una oración: la cláusula oportuna
que abre el abecedario de la suerte;
jovial campana que sonó en la cuna,
campana triste que se oirá en la muerte;
llave con que el pezón abre el chicuelo..."
"Y el hombre, al expirar, abre la gloria;
la primera memoria
y el último consuelo
que nadie olvidaría;
frase de donde fluye
manatial de alegría;
infinito de amor que se construye
sólo con dos palabras: ¡Madre mía!
Entre tanto, prendida a la techumbre
que en torno arropa la llanura vasta
 del piélago, una lágrima de lumbre
 en el azul purísimo se engasta.
En la clara pupila
de Dios. Como de un halo de violetas
descienden sus albores
con agua de irisados resplandores,
y se van agrandando sus facetas
mientras que sube hacia el zenit.
Rutila con plenitud de claridad tranquila;
y pudo el nauta imaginar, al verla
romper, sobre el confín, su casto broche,
inmensa y nacarada madreperla
pescada por los buzos de la Noche.
La bendición del cielo
bajó hasta el alma oscura
de la marinería;
y de la Trinidad subió a la altura
unánime clamor: ¡Ave María!"., Cf. MM.





048  ¿Oraciones y Promesas enseñadas por Jesús y María a Sor Natalia Magdolna?


ORACIÓN DE OFRECIMIENTO DE VIDA
 (Enseñada por Jesús a Sor Natalia Magdolna 1901 - 1992):


Mi amable Jesús,
delante de las Personas de la Santísima Trinidad,
delante de Nuestra Madre del Cielo
y toda la Corte celestial,
ofrezco, según las intenciones de tu Corazón Eucarístico
y las del Inmaculado Corazón de María Santísima,
toda mi vida, todas mis santas Misas,
Comuniones, buenas obras, sacrificios y sufrimientos,
uniéndolos a los méritos de tu Santísima Sangre
y tu muerte de cruz:
para adorar a la Gloriosa Santísima Trinidad,
para ofrecerle reparación por nuestras ofensas,
por la unión de nuestra santa Madre Iglesia,
por nuestros sacerdotes,
por las buenas vocaciones sacerdotales
y por todas las almas hasta el fin del mundo.

Recibe, Jesús mío,
mi ofrecimiento de vida
y concédeme gracia para perseverar en él fielmente,
hasta el fin de mi vida. Amén.


JACULATORIAS DE ARREPENTIMIENTO

Jesús mío, ¡Te amo sobre todas las cosas!

Por amor a Ti, me arrepiento de todos mis pecados.

Me duelen también los pecados de todo el mundo.

¡Oh Amor misericordioso!,
en unión con nuestra Madre Santísima
y con su Corazón Inmaculado,
Te suplico a Ti perdón de mis pecados
y de todos los pecados de los hombres, mis hermanos,
hasta el fin del mundo!

¡Mi amable Jesús!,
en unión a los méritos de tus Sagradas Llagas,
ofrezco mi vida al Eterno Padre,
según las intenciones de la Virgen Santísima Dolorosa.

¡Virgen María, Reina del Universo,
Intercesora de la Humanidad y esperanza nuestra,
ruega por nosotros!

LAS CINCO PROMESAS ENSEÑADAS POR LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA  A SOR NATALIA MAGDOLNA:


1. Sus nombres estarán inscritos en el Corazón de Jesús, ardiente de amor, y en el Corazón Inmaculado de la Virgen María.

2. Por su ofrecimiento de vida, unido a los méritos de Jesús, salvarán a muchas almas de la condenación. El mérito de sus sacrificios beneficiará a las almas hasta el fin del mundo.

3. Nadie de entre los miembros de su familia se condenará, aunque por las apariencias externas así parezca, porque antes de que el alma abandone el cuerpo, recibirá en lo profundo de su alma, la gracia del perfecto arrepentimiento.

4. En el día de su ofrecimiento, los miembros de su familia que estuvieran en el purgatorio, saldrán de ahí.

5. En la hora de su muerte estaré a su lado y llevaré sus almas, sin pasar por el purgatorio, a la presencia de la Gloriosa Santísima Trinidad, donde en la casa hecha por el Señor, se alegrarán eternamente junto Conmigo.


49.  Madre del Divino Amor

Oh María,
tú resplandeces siempre en nuestro camino
como un signo de salvación y esperanza.
A ti nos encomendamos, Salud de los enfermos,
que al pie de la cruz fuiste asociada al dolor de Jesús,
manteniendo firme tu fe.
Tú, Salvación del pueblo romano,
sabes lo que necesitamos
y estamos seguros de que lo concederás
para que, como en Caná de Galilea,
vuelvan la alegría y la fiesta
después de esta prueba.
Ayúdanos, Madre del Divino Amor,
a conformarnos a la voluntad del Padre
y hacer lo que Jesús nos dirá,
Él que tomó nuestro sufrimiento sobre sí mismo
y se cargó de nuestros dolores
para guiarnos a través de la cruz,
a la alegría de la resurrección. Amén.
Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios,
no desprecies nuestras súplicas en las necesidades,
antes bien líbranos de todo peligro, oh Virgen gloriosa y bendita., Papa Francisco (Abril de 2020).


50. ORACIÓN A LA MADRE DE DIOS, ANTE LA DRAMÁTICA SITUACIÓN ACTUAL


«Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios».

En la dramática situación actual, llena de sufrimientos y angustias que oprimen al mundo entero, acudimos a ti, Madre de Dios y Madre nuestra, y buscamos refugio bajo tu protección.

Oh Virgen María, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos en esta pandemia de coronavirus [(2020)], y consuela a los que se encuentran confundidos y lloran por la pérdida de sus seres queridos, a veces sepultados de un modo que hiere el alma. Sostiene a aquellos que están angustiados porque, para evitar el contagio, no pueden estar cerca de las personas enfermas. Infunde confianza a quienes viven en el temor de un futuro incierto y de las consecuencias en la economía y en el trabajo.

Madre de Dios y Madre nuestra, implora al Padre de misericordia que esta dura prueba termine y que volvamos a encontrar un horizonte de esperanza y de paz. Como en Caná, intercede ante tu Divino Hijo, pidiéndole que consuele a las familias de los enfermos y de las víctimas, y que abra sus corazones a la esperanza.

Protege a los médicos, a los enfermeros, al personal sanitario, a los voluntarios que en este periodo de emergencia combaten en primera línea y arriesgan sus vidas para salvar otras vidas. Acompaña su heroico esfuerzo y concédeles fuerza, bondad y salud.

Permanece junto a quienes asisten, noche y día, a los enfermos, y a los sacerdotes que, con solicitud pastoral y compromiso evangélico, tratan de ayudar y sostener a todos.

Virgen Santa, ilumina las mentes de los hombres y mujeres de ciencia, para que encuentren las soluciones adecuadas y se venza este virus.

Asiste a los líderes de las naciones, para que actúen con sabiduría, diligencia y generosidad, socorriendo a los que carecen de lo necesario para vivir, planificando soluciones sociales y económicas de largo alcance y con un espíritu de solidaridad.

Santa María, toca las conciencias para que las grandes sumas de dinero utilizadas en la incrementación y en el perfeccionamiento de armamentos sean destinadas a promover estudios adecuados para la prevención de futuras catástrofes similares.

Madre amantísima, acrecienta en el mundo el sentido de pertenencia a una única y gran familia, tomando conciencia del vínculo que nos une a todos, para que, con un espíritu fraterno y solidario, salgamos en ayuda de las numerosas formas de pobreza y situaciones de miseria. Anima la firmeza en la fe, la perseverancia en el servicio y la constancia en la oración.

Oh María, Consuelo de los afligidos, abraza a todos tus hijos atribulados, haz que Dios nos libere con su mano poderosa de esta terrible epidemia y que la vida pueda reanudar su curso normal con serenidad.

Nos encomendamos a Ti, que brillas en nuestro camino como signo de salvación y de esperanza. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María! Amén.


51. ROSA MISTICA BLANCA GUADALUPANA

Santa María de Guadalupe, Mística Rosa Blanca, intercede por la Iglesia Católica Peregrina en la Tierra, protege al Soberano Pontífice, oye a todos los que te invocan en sus apremiantes necesidades. Así como pudiste aparecer en el Tepeyac y decirnos: "Soy la siempre Virgen María, Madre del verdadero Dios", alcánzanos de tu Divino Hijo la conservación de la Fe. Tú eres nuestra dulce esperanza en las amarguras de esta vida. Danos un amor ardiente y la gracia de la perseverancia final. Amén

52. ANTE TU IMAGEN GUADALUPANA

Virgen Santísima de Guadalupe, Madre de Dios, Señora y Madre nuestra. Venos aquí postrados con una Rosa Blanca ante tu santa imagen rodeada de luz e incienso, que nos dejaste estampada en la tilma de San Juan Diego, como prenda de amor, bondad y misericordia. Aún siguen resonando las palabras que dijiste a Juan con inefable ternura: "Hijo mío queridísimo, Juan a quien amo como a un pequeñito y delicado," cuando radiante de hermosura te presentaste ante su vista en el cerro del Tepeyac. Haz que merezcamos oír en el fondo del alma esas mismas palabras. Sí, eres nuestra Madre; la Madre de Dios es nuestra Madre, la más tierna, la más compasiva. Y para ser nuestra Madre y cobijarnos bajo el manto de tu protección te quedaste en tu imagen de Guadalupe. Virgen Santísima de Guadalupe, muestra que eres nuestra Madre en estos momentos de crisis y apremiantes. Defiéndenos en las tentaciones, consuélanos en las tristezas, y ayúdanos en todas nuestras necesidades. En los peligros, en las enfermedades, en las persecuciones, en las amarguras, en los abandonos, en la hora de nuestra muerte, míranos con ojos compasivos y no te separes jamás de nosotros. Amén.
  






CATÓLICO MEMORÁNDUM PROFÉTICO