JESÚS RESUCITADO MUESTRA TODOS SUS ESTIGMAS
Nos dicen los Evangelios, según San Lucas (Lucas 24, 1-12) y el de San Juan (Juan 20, 19-29)
que Jesucristo resucitado entra en el Cenáculo con las puertas cerradas y saluda a todos los presentes;
y especialmente ocho días después al incrédulo Tomás, para MOSTRARLE las heridas de
sus manos, de sus pies y la de su costado, que había generado la lanza que tocó su
sacratísimo corazón y que sirvió para constatar que Él yacía en el leño de la santa cruz. Estigmas
que fueron ocasionados por muchas bofetadas, flagelos, una cruz pesada, corona de espinas y por
supuesto por los clavos que perforaron sus manos y que describen varias personas místicas católicas.
Esa muestra a sus seguidores, constató que ÉL ESTÁ VIVO Y MORA EN EL PARAÍSO CELESTIAL. Esas llagas fueron la prueba, para que Santo Tomás liberara su escepticismo y pudiera brotar de su persona inquieta y asombrada “SEÑOR MÍO Y DIOS MÍO” (Juan 20,20).
Estas llagas reciben el nombre de ESTIGMAS. Stigmata es una palabra griega especial que significa “señal”, y si bien, durante la historia de la única Iglesia de Cristo, la Católica, existen portadores; hombres y mujeres; que aseguraron recibir estas señales.
LOS PRIMEROS ESTIGMATIZADOS DE LA HISTORIA UNIVERSAL
Muchos estudiosos de las Sagradas Escrituras e inclusive de las revelaciones de varias almas místicas, consideran que primeramente la Santísima Virgen María y después SAN PABLO, recibieron los estigmas, de forma muy especial. Recordemos para comenzar, los siete dolores de María.
El Apóstol de los Gentiles, nos da entender en su Carta escrita a los Gálatas, que él contaba con ellos: “llevo en mi cuerpo las marcas de Jesús” (Gálatas 6,17); estas palabras también se proyectan en otras interesantes, Epístolas suyas: Romanos 8,9; 2 Corintios 13,5; Gálatas 2,20; Colosenses
1,24; Efesios 4,13; Filipenses 3,10. Nada casual.
Además. Ninguna alma mística, a excepción de la Santa Madre de Dios (La Correndentora), por muy santa que sea, podría reproducir en su persona o con exactitud, TODAS las llagas del Señor Jesús, ya que su sacrificio fue único e irrepetible (Carta a los Hebreos 9,28). Recordemos que la Santísima Virgen, no solo, varias veces recorrió el vía crucis o el camino de la cruz, de su amado Hijo Jesús en Jerusalén, sino, que lo siguió haciendo en Éfeso, con todo el lujo de detalles. Ella fue la creadora de las 14 estaciones. Tal cual.
Indudablemente la ciencia, sigue siendo el dedo de Tomás, donde muchos incrédulos y libres pensadores, se apoyan en varios sentidos interdisciplinares; el médico francés A. Imbert – Gourbeyre; a finales del siglo diecinueve
público una investigación seria respecto a este fenómeno sin igual, y pudo registrar en aquel instante, trescientos veintiún casos de estigmatizados Cristianos, para ello se tuvo que
internarse en archivos de conventos o monasterios, y su línea cronológica fue desde 17 Septiembre de 1224 (fecha
de la estigmatización de San Francisco de Asís en el Monte Alvernia) hasta 1891, en que
muere Sor Patrocinio el último caso de estigmatización de su época. Sor Patrocinio, conocida también como la Monja de las Llagas y cuyo nombre de bautismo era María Josefa de los Dolores Anastasia de Quiroga Capopardo (San Clemente, Cuenca, 1811-Guadalajara, 1891), fue una religiosa española de la Orden de la Inmaculada Concepción, de gran presencia en la vida social y política española durante la segunda mitad del siglo XIX, debido a la influencia que ejerció sobre la reina Isabel II y su esposo Francisco de Asís de Borbón.
Y es porque después de San
Francisco de Asís, el número de los estigmatizados aumentó considerablemente, no sin
motivar algunas discusiones encauzadas a eliminar la exclusiva franciscana. De los 321
casos: 41 fueron protagonizados por varones y 280 por mujeres. (Proporción de 7 a 1)
¡Vaya, papel de la mujer, recordándonos el papel sufriente de María de Nazaret !; Según describe el Dr. Imbert – Gourbeyre; hubo períodos de la
historia de la Iglesia, donde se presentó de manera más tajante el fenómeno. Uno de ellos,
fue el siglo XIII, la era de San Francisco, donde hubo 31 casos de estigmatización. En el
siglo XIV hubo 22 casos y 25 en el siglo XV y el resto de distribuye en el pasar de los
siglos.
Y si continuamos con cifras, el Dr. Imbert nos comparte categorías de estos 321 casos: 229
estigmatizados italianos, 70 franceses, 47 españoles, 31 alemanes, etc.; 109 dominicos, 102
franciscanos, 14 carmelitas, 3 jesuitas, etc. ¡Cómo olvidar en este período a Santa Rita de
Casia (Roccaporena, 1381 + Cascia, 1457) y Santa Verónica Giuliani (1660 + 1727).
Pero, posteriormente a esta lista, llegaron nuevos estigmatizados: SANTA GEMA GALGANI;
Santa Joven Pasionista nacida en (Camigliano, cerca de Capannori, 12 de marzo de 1878 y fallecida en Lucca, Italia, 11 de abril de 1903), quien cayó en éxtasis mientras recibía los signos una
tarde anterior al día del Sagrado Corazón. Cuando vuelve en sí, ella tiene impresos en su
cuerpo los estigmas, que le fueron manifestados cada jueves durante los cuatro años
siguientes, con dolores muy fuertes donde veía la corona, la flagelación y el sudor de
sangre de Jesús de Nazaret. TERESA NEUMANN (1898-1962), SANTO
PADRE PÍO DE PIETRELCINA (1887+1968), MARTHE ROBIN (mística francesa fallecida en
1981 de quien se están estudiando sus escritos antes de emprender el proceso de
beatificación); etc.
En fin, se sabe que en la Iglesia Católica, han existido más de 400 casos comprobables de
estigmatizados, de los cuales al menos 72 han sido declarados santos, beatos, siervos y venerables, a través de los tiempos, pero no por este
fenómeno, sino por imitación a Jesucristo, Nuestro Señor.
Evidentemente, entre los científicos, y algunos creyentes y no creyentes; se encuentran los
más severos críticos o incrédulos, quienes aseguran que no resistirían hoy el mínimo análisis.
Hay
incluso quienes quisieran, para aceptar este fenómeno religioso, que todos los santos, beatos, siervos y venerables que han llegado a los altares hubieran sufrido estigmatización. ¡Pero esto no
significa nada!
Se saben casos de Sufíes (un grupo árabe muy ortodoxo de una doctrina ascética) que no
siendo cristianos, han tenido algunas llagas al igual que algunos budistas, que no
necesariamente son las de Cristo Jesús y de personas que tenían una vida espiritual intensa y
después ya no, por ejemplo, el Lic. H. Thurston cuenta el caso de un novicio que abandonó
después la Compañía de Jesús y poseía los estigmas.
Al respecto queremos resaltar algo, la ESTIGMATIZACIÓN se da en clima de santidad; pero
NO necesariamente significa que el portador lleve una vida santa al 100%.
La ciencia a través del tiempo y con su hoja de ruta rigurosa investigativa, por su parte, ha relacionado a la estigmatización, con un fenómeno como
neuropatías (enfermedades neurológicas ) o bien asegura es un fenómeno psicógeno , es
decir la llamada AUTOSUGESTIÓN, es decir, varios expertos opinan, que las llagas y otras heridas
abiertas, tienen su origen en una “conversión histérica, que incluso puede provocar ciertas
alteraciones como ceguera y hasta parálisis”; ya que las personas que presentan conversión
histérica, manifiestan claros síntomas de trastornos de personalidad y somatizan en su
cuerpo, sus impulsos, sus emociones, exaltaciones y fanatismos. Lo cual otros investigadores, colocan en tela de juicio, ya que
de ser así la mayoría de los pacientes con CONVERSIÓN HISTÉRICA, estarían estigmatizados,
o incluso ciegos o paralíticos; y de igual forma, todos los estigmatizados deberían presentar
dichos padecimientos; y según los registros, esto no ha sucedido, en casi, todos los casos.
Para resaltar el supuesto hecho que los estigmatizados, son autosugestionados; en el siglo
XIX, varios médicos franceses y alemanes, intentaron inducir artificialmente los
estigmas, con algunos pacientes suyos; a través de varias sesiones de HIPNOSIS. Pero éstos, en la mayoría de
los casos, sólo lograron obtener un enrojecimiento en la piel. En 1933, el doctor ALFRED
LECHER logró que su paciente ELIZABETH K; se le inflamara la piel y llegara a exudar
una o dos gotas de sangre, que rápidamente se coagulaba. Lo que no ocurre con los místicos católicos, donde inclusive, exudan aromas milagrosos celestiales. Por ello muchos consideran que la estigmatización se debe a la AUTO HIPNOSIS es
básicamente lo mismo concepto, sólo por el hecho de que la persona se induce a sí misma
ese estado en lugar de ser otra persona quien lo provoque. Según los expertos, esto daría
explicación a los estados de éxtasis o arrobamientos místicos profundos, que ocurrían en los arrebatos religiosos de los
estigmatizados, lo que particularmente consideramos incorrectos, porque muchos de ellos
estaban en lugares públicos, en oratorios o bien celebrando el Santo Sacrificio, cuando ocurrió dicho
proceso.
Todas estas teorías patéticas de neuropatías o fenómenos psicoge hace que las diferencias con los
estigmatizados clásicos, es muy notoria, ya que en la mayoría de los estigmatizados la
cantidad de sangre que segregan las heridas es impresionante. El sacerdote capuchino SAN PÍO DE
PIETRELCINA, (25 de mayo de 1887 + 23 de septiembre de 1968) llevó durante 53 años dichos estigmas, más precisamente desde el 20 de Septiembre de 1918, cuando aseguraba, "estaba en el coro haciendo la oración de acción de gracias de la Misa… se me apareció Cristo que sangraba por todas partes. De su cuerpo llagado salían rayos de luz que más bien parecían flechas que me herían los pies, las manos y el costado”. Desde esta aparición, perdió diariamente dos tazas de
sangre. Además las heridas jamás se le infectaron o presentaron supuración. No son pocos
los casos, donde los estigmatizados manan de su sangre un llamativo olor a rosas, que precisamente, va relacionado con los cuadros de la pasión de Cristo. Otros detractores, afirman que los estigmatizados son personas que practicaron largos
periodos de ayuno o abstinencia, lo cual puede provocar cambios en el cuerpo humano. Si esto fuera cierto,
personas que presentan inanición por dejar de comer presentarían estigmas, hecho que
lógicamente no es cierto.
Pero lo cierto de todo lo que hemos venido exponiendo, los estigmas se han dado siempre de manera instantánea, causando gran asombro e
impresión en quienes los han recibido como una gracia de santificación y de superación cristiana personal. Las llagas nunca han supurado y su sangre se ha
conservado siempre FRESCA Y LIMPIA. Además, han sido heridas que no se infectan y ni se curan
nunca y que permanecen un gran número de años sin que pueda darse una explicación
médica o científica. Y, eso sí, los estigmas jamás se han producido en personas neuróticas, trastornadas o
hipocondríacas e inclusive molestadas por el demonio. El infierno odia la Pasión del Redentor del Genero Humano y del Universo. Nadie ha afirmado que la imaginación pueda producir heridas en un sujeto normal; Es cierto que esta facultad puede actuar ligeramente sobre el cuerpo, como dijo Benedicto XIV, puede acelerar o retrasar las corrientes nerviosas, pero no hay ningún caso de su acción en los tejidos, Cf. (De canoniz., III, xxxiii, n. 31).
Causa bastante admiración y hasta sumo respeto que en muchos casos de estigmatizados, ellos saben la hora en la que se
abrirá la herida (ejemplo: Viernes Santo) y la hora en la que cicatrizará. Fenómeno muy
difícil de lograr con autosugestión y crisis histéricas o algo por el estilo. Así mismo, el médico conferencista, escritor y ex-ateo Doctor RICARDO CASTAÑÓN GÓMEZ, investigador de
estigmas y milagros eucarísticos; ha resaltado que al tomar muestras de la sangre de los
estigmas, éstas dan como tipo sanguíneo AB. Esto es ya en sí, algo inexplicable, ya que si
el estigmatizado tiene un tipo sanguíneo distinto, sus llagas manan sangre AB, un tipo de
sangre muy raro en la actualidad. Pero lo más sorprendente es que el tipo de sangre AB
emana en muchos milagros eucarísticos y según estudios a la SANTA SINDONE O
SÁBANA SANTA Y EL VELO DE SANTA VERÓNICA, la sangre que tenía Jesús de Nazaret, Dios verdadero encarnado en un
hombre verdadero. Nada más, que la Segunda Persona de la Santísima Trinidad, el Verbo Encarnado, el Mesías mismo entre nosotros.
Ahora bien, la estigmatización es la participación espiritual del MISTERIO DE LA
MUERTE DE JESÚS DE NAZARET, y la participación es tan intensa, tan vivida, tan realista, que se
re-producen las llagas del Salvador del Mundo, en el compadecido estigmatizado, de manera que los
estigmatizados un día le dijeron a Jesús que en su sufrimiento quieren unirlo, para vivir en
carne propia, lo que le hizo falta a la Pasión, tal como lo dice San Pablo «COMPLETO
EN MI CARNE LO QUE FALTA A LA PASIÓN DE CRISTO». (Col 1, 24) y no es que
a la Pasión de Cristo le hayan faltado mayor heridas, pues su sacrificio bastó porque
derramó hasta la última gota de sangre que era Divina; pero el Calvario se actualiza, por los
pecados de los hombres modernos, se actualiza por sus pecados y los nuestros, todo esto es
posible en el sacrificio eucarístico, en el sufrimiento cristiano y por su puesto mediante los
estigmatizados e inclusive, con la sangre que derraman algunas imágenes católicas.
Como ya hemos mencionado, cada persona ESTIGMATIZADA de forma providencial, es una historia distinta, de cierto
existen algunos visibles (en las muñecas, en palmas de las manos, pies, costados y cabeza), pero se han
documentado los estigmas que no se ven por todo el mundo, de su PERIODICIDAD
PERMANENTE o transitoria (desapareciendo algunas veces luego de algunas horas), por
su LOCALIZACIÓN EN EL CUERPO HUMANO (en algunos casos pueden
presentarse en una sola área) de su SIMULTANEIDAD O SUCESIVIDAD (este
fenómeno es que su aparición suele corresponderse con la pasión del Cristo de la Fe y del Cristo Histórico (El Mismo Salvador del Mundo y Maestro de Maestros) durante los días
de la Semana Santa, desapareciendo una vez terminadas estas fechas).
Nos gustaría recordar, dos casos concretos: el de SANTA CATALINA DE SIENA, (25 de marzo de 1347 + Roma, 29 de abril de 1380) y el de SANTA
TERESA DE JESÚS DE ÁVILA (Gotarrendura 28 de marzo de 1515 + Alba de Tormes, 4/15 de octubre de 1582). La mayor parte de los casos de estigmas responde al esquema de las
cinco llagas: manos, pies y costado. Pero en SANTA CATALINA Y EN SANTA TERESA sucede
de un modo muy peculiar. Eran llagas, invisibles con herida
directa al corazón todo inflamado en Amor por Jesús, su Divino Esposo.
La Santa Iglesia Católica, ha determinado algunas características para descubrir que un estigma
sea auténtico, veamos, los más sobresalientes, entre varios: la persona debe ser bautizada por el rito católico y sus estigmas deben estar localizados en las
cinco principales llagas que recibió Jesús (cabeza por la corona, manos o
palmas por los clavos, pies por el clavo y costado, por la lanzada). Un carisma auténtico no se infecta, porque su origen no fue
con objetos hirientes. Que hayan sido recibidos de forma sobrenatural y consciente. Si su origen es espiritual, y el espíritu es libre, entonces éstos
no deben ceder con tratamientos médicos. Deben sangrar por largos
periodos, o su simultaneidad debe ser con motivos cristianos. Los auténticos
estigmas nunca cicatrizan, esto no implica que cualquier otra herida que se haga el
afectado por estigmatización no cicatrice normalmente. Deben estar acompañados por el sufrimiento, la prueba, el silencio, la resignación, la paciencia, modestia y humildad. Todo esto,
por ser participación de los recibidos en la cruz. Una persona mística que recibe estos estigmas, debe llevar una vida interior en la que es
alimentada frecuentemente por los sacramentos, muestra amor e invita a la santificación y
unidad de la Iglesia Universal.
San Francisco de Asís (1186-1226);
Santa Lugarda (1182-1246), una monja cisterciense;
Santa Margarita de Cortona (1247-97);
Santa Gertrudis (1256-1302), una benedictina;
Santa Clara de Montfalco (1286-1308), una agustina;
Santa Angela de Foligno (fallecida en 1309), una terciaria franciscana;
Santa Catalina de Siena (1347-80), una terciaria dominica;
Santa Liduvina (1380-1433);
Santa Francisca Romana (1384-1440);
Santa Coleta (1380-1447), franciscana;
Santa Rita de Casia (1386-1456), agustina;
Beata Osana de Mantua (1499-1505), terciaria dominica;
Santa Catalina de Génova (1447-1501), terciaria franciscana;
Santa Camila Bauttista de Varano (1458-1524), clarisa Pobre;
Beata Lucía de Narni (1476-1547), terciaria dominica;
Beata Catalina de Racconigi (1486-1547), dominica;
San Juan de Dios (1495-1550), fundador de la Orden de la Caridad;
Santa Catalina de Ricci (1522-89), dominica;
Santa María Magdalena de Pazzi (1566-1607), carmelita;
Beata María de la Encarnación (1566-1618), carmelita;
Santa Maríana de Jesús (1557-1620), terciaria franciscana;
San Carlos de Sezze (f. En 1670), franciscano;
Santa Margarita María Alacoque (1647-90), visitandina (que únicamente tenía la corona de espinas);
Santa Verónica Giuliani (Julianis) (1600-1727), capuchina;
Santa María Francisca de las Cinco Llagas (1715-91), terciaria franciscana;
Misel Maticevic interpreta a Clemens Brentano y Tanja Schleiff a Anna Catalina Emmerick en Das Gelübde [La Promesa], película alemana de 2007 sobre la relación entre ambos.
Beata Ana Catherine (Catalina) Emmerich (1774-1824), agustina;
Beata Elizabeth Canori Mora (1774-1825), terciaria trinitaria;
Beata Anna Maria Taïgi (1769-1837);
Sierva de Dios Maria Dominica Lazzari (1815-48);
Sierva de Dios Marie de Moerl (1812-1868);
Venerable Louise Lateau (1850-1883), franciscanos terciarios;
Dorothy Kerin, Luterana (1889 - 1963);
Venerable Marie Rose Ferron (1902-1936);
Santa Anna Schäffer (1910);
Ethel Chapmam (1974);
Ethel Chapmam (1974);
Venerable Rhoda Wise (1940);
Sierva de Dios Cora Evans (1947);
Venerable Sor María Luisa Zancajo de la Mata (1911-1954);
Beata María Bolognesi (1924-1980);
Georgette Faniel de Montreal (1950);
Sierva de Dios Fortunata Natuzza Evolo (1958);
Recordada Ethel Chapman (1973);
Recordada Luz Amparo Cuevas (1980);
Myrna Nazzour de Damasco (1984);
Sierva de Dios María Esperanza de Bianchini (1984);
Pbro. Jim Bruse (1991);
Irving Francis Houle (1993);
Heather Woods, Episcopal - Ecuménica ( 1993);
Heather Woods, Episcopal - Ecuménica ( 1993);
Emma C, de Guzmán (1995);
Pbro. Yecith Carreño (1996);
Catalina Rivas (1996);
Elizabeth Sánchez (2003);
Algunos de los estigmatizados como Nuestro Señor Jesucristo, que murió a los 33, años son: Santa Catalina de Siena (1347-1380), el Beato Mariam Baouardy (1846-1878), la Sierva de Dios Domenica Lazzeri (1815-1848), el Siervo de Dios Louise Lateau (1850 - 1883), Teresa Musco (1943-1976)...
CATÓLICO MEMORÁNDUM PROFÉTICO