Oración Ave María en Arameo
Shlom lekh bthoolto Mariam.
moran a’amekh
wambarakhoo feero dabkharsekh yeshue
yoldath aloho
Maliath taibootho
mbarakhto at bneshey
O qadeeshto Mariam
saloy hlofain hatoyeh
hosho wabsho’ath mawtan.
Amin.
Oración Padre Nuestro en Arameo
Abun di bashmayya nethqadash shmak.
Tethey malkuthak.
Newe tzevyanak aykan di bashmayya af ba’ara.
Lakhman di sunkanan yamana hav lan yoma dheyn.
Wa-shbuk lan khavine aykana, d’af hanan shbukan l’khayvine.
Ulo ellan lanisyana l’heyn atzeyl lan min beesha.
Amin.
¡PODEROSA CONSAGRACIÓN, EN ESTE FIN DE LOS TIEMPOS!
“En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén. ¡Yo indigno hijo (a) del Padre en este final de los tiempos, sumiso (a) (sumisos, sumisas) reclamo (reclamamos), pertenecer al linaje de David y por ser heredero (a) (herederos, herederas) del Reino de los cielos y perteneciente al pueblo santo de Israel, clamo (clamamos), desde el interior de mi (nuestro) corazón la protección del Dios vivo y sello (sellamos) mi (nuestra) mente, cuerpo y alma; sello (sellamos) mi (nuestras) familia (s), familiares y pertenencias a los pies de la Santa Cruz de Nuestro Señor Jesucristo Salvador y con el poder de su Sangre Divina, me cubro (nos cubrimos) de toda amenaza a mi (nuestra) integridad, tanto física como espiritual. Reclamo (reclamamos) ser hijo (a) (hijos, hijas) del Padre y por lo tanto digno (a) (dignos, dignas) de toda su protección. Me escondo (nos escondemos) en las llagas del Hijo y me ungo (y nos ungimos) del poder del Espíritu Santo y me refugio (nos refugiamos) en el lugar más seguro y cálido del mundo, en el interior, de la amada Madre de Dios, Reina de todo el Universo y de la Paz. Con el poder de todos ellos, Jesús, María, José y los tres Arcángeles, me confieren, Soy sellado (a) (somos sellados, selladas) y protegido (a) (protegidos, protegidas); contra todo mal y peligro, el que sea; en mi cuerpo (en nuestros cuerpos), en mi alma (en nuestras almas) y en mi espíritu (en nuestros espíritus); en este final de los tiempos, con todos sus signos. Tanto yo (nosotros, nosotras) como mis descendientes. Y con esta herencia de los hijos de la luz; suplico (suplicamos) a los mismos ángeles del Apocalipsis, que como guerreros, preserven mi persona (nuestras personas y almas) y nuestros refugios, contra todo mal y peligro; porque como pueblo de Dios, seremos, solo así, reconocidos (as) ante la implacable mano Divina. Por lo mismo y desde ya, (me refugio) nos refugiamos en las manos justas del Padre Celetial Creador (Abbá), dando nuestro fiar o confianza plena, a la Santísima Trinidad. Esperamos (Espero sellado, espero sellada) sellados (as) y protegidos (as) el León de la Tribu de Judá, que viene a juzgar a las naciones, en cualquier momento. ¡Amén, Amén, Amén!. Padre Eterno, te consagro mi persona (te condagramos, nuestras personas) con sus bienes espirituales y temporales , tal cual, pasó, en aquella Casa Santa de Nazaret, con Jesús, María y san José. Por lo mismo y lleno de fe, por intercesión del Inmaculado Corazón de María y del Sagrado Corazón de Jesús, te doy (te damos) mi (nuestro) lugar de residencia, como refugio integral, para los días venideros. Será este refugio (estos refugios), sencillo (s) y humilde (s), parte de tu infinita, inefable, inagotable y Divina Misericordia. Será un faro hacia los que esten arrepentidos, convertidos y consagrados, si quieres que ellos encuentren, en este lugar u otros lugares; ser protegido (s), ante la guerra, la hambruna y todos los elementos de la naturaleza desatada, ante las pestes y plagas. Ante cualquier mal y todo con la ayuda de los ángeles y santos custodios, elevados en todos los altares del orbe bendecidos y asistidos por el magisterio de la Iglesia. Como bautizado (a) (bautizados, bautizadas), en el seno de la Santa Iglesia Católica, Apóstolica y Romana, consagro (consagramos) y rocío (rociamos) este refugio nuevo, con agua bendita exorcisada, sacramental, cerca al cirio santo de Pascua Resurrección y que los poderes del infierno no soportan, junto con el Santo Rosario, el Vía Crucis, el Magnificat, el Ángelus y la hora de la Divina Misericordia. En el Nombre del Señor Jesucristo, ante quien, todas las rodillas se doblan, en el cielo, en la tierra y en los abismos y María, su Inmaculada Madre, realizó (realizamos) está plena acción, recordando aquella noche 'tenebrosa' en que tu pueblo elegido, en tiempos de Egipto, ungieron con sangre, sus terrenos, sus residencias y enseres, para protegerse del ángel de la muerte. Como también los primeros cristianos ungían las primeras catacumbas con el ichthys, ante las persecuciones todas y hoy también, bajo la señal poderosa, victoriosa y luminosa de la Santa Cruz. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Amén". (Un yo pecador, Un Credo, un Padre Nuestro, un Ave María, una Salve, un Gloria y la oración a San Miguel arcángel. Jaculatorias del Sagrado Corazón de Jesús y el Dulce Corazón de María, con frecuencia. Estar en Gracia de Dios, consedida a través, de los santos sacramentos. Leer la Palabra de Dios y el Catecismo Universal. Practicar los mandamientos, las virtudes capitales y obras de Misericordia. Recomendamos 'según las capacidades de cada persona o comunidad' ir guardando otros sacarmentales, alimentos, agua, medicamentos y ropa, tanto para el frío como para el calor. Peregrinar a los Santuarios Marianos. Visitar el Santísimo. Todo en la Santa Voluntad de Dios). Así sea y así será. Amén".
CATÓLICO MEMORÁNDUM PROFÉTICO